martes, 2 de julio de 2013

No sólo un beneficio para el empleado: revelan las ventajas de las semanas laborales de 4 días.

Casos de éxitos en Estados Unidos, dan cuenta de que una semana 
corta de trabajo aumenta la productividad y satisfacción de los empleados .
Gina, la propietaria de una activa empresa de diseño gráfico, empezó a otorgarse a ella y a sus empleados semanas de trabajo de cuatro días después de someterse a una cirugía de rodilla y tener dificultad para caminar.
La intención era que fuera temporal y Gina sólo hizo el cambio porque se sentía culpable de quedarse en casa, mientras otros trabajaban. Sin embargo, pronto se dio cuenta que la semana más corta era menos problemática y tenía un beneficio sorpresa: de lunes a jueves, susempleados llegaban a tiempo a hacer su trabajo y parecían estar verdaderamenteemocionados de estar ahí.
Así, la productividad aumentó de manera dramática. La gente seguía divirtiéndose e incluso las charlas de oficina parecían más eficientes. Y cuando estaban en su trabajo, trabajaban.
"Usaban el día libre extra para pasar tiempo con sus familias, realizar tareas pendientes y hacer viajes de fines de semana largos, pero también para hacer trámites que de otra manera hubieran tomado una tarde", contó Gina.
La gente terminó por tomarse menos días de vacaciones y los días de incapacidad desaparecieron casi por completo.
La noción de una semana laboral de cuatro días fue introducida en la década de 1950 por el líder sindical estadounidense Walter Reuther, pero los trabajadores, o más específicamente los jefes, no adoptaron plenamente.
En un artículo de opinión consignado por CNN México, Peggy Drexler, autora de los libros Our Fathers, Ourselves: Daughters, Fathers and the Changing American Family y rainsing Boys without Men, afirma que en la mayoría de los casos, la semana laboral estadounidense está en su nivel de mayor saturación: casi 86% de los hombres estadounidenses y 67% de las mujeres trabajan más de 40 horas en una semana, determinada en función de la productividad, la necesidad financiera y, de acuerdo con al menos un estudio, la felicidad.
En su libro White Coller Sweatshop, la autora Jill Andresky Fraser escribe sobre la cultura de los trabajadores estadounidenses que están de turno 24 horas al día, siete días a la semana, aún cuando los salarios y las prestaciones disminuyeron. Eso se debe a que, a pesar de la evidencia,estamos programados para creer que trabajar más tiempo y más intensamente conlleva un mayor logro.

Trabajar menos, la clave real del éxito
A principios de este año, cuando la ejecutiva Nicola Mendelsohn de Facebook fue contratada como vicepresidente de la compañía, presuntamente negoció una semana laboral de cuatro días para que pudiera pasar más tiempo con su familia.

Se habló mucho del rumor, que Facebook ni confirmó, ni negó, a pesar del hecho de que muchas madres trabajadoras a lo largo del país negocian semanas laborales de cuatro días de manera rutinaria y cada vez más frecuentemente. De hecho, 44% de las mujeres doctoras norteamericanas ahora trabajan cuatro o menos días a la semana, lo que representa un aumento en comparación con el 29% en 2005.
Aún así, el imperativo de cuatro días de Mendelsohn generó un gran debate: los críticos consideraron que esto era privilegiado e injusto, mientras que las madres trabajadoras lo consideraron una victoria nombrándola el ejemplo a seguir en el tema de balance entre trabajo y vida.
Muchos argumentaron a favor de la semana laboral de cuatro días u horas flexibles, en general, como una manera de retener a mujeres trabajadoras con talento que de otra manera podrían renunciar por completo para poder tener hijos.
Pero una semana laboral de cuatro días no solo es beneficiosa para las madres. Cuando el estado de Utah introdujo semanas laborales de cuatro días para muchos de sus empleados estatales en 2008, impulsó la productividad y la satisfacción de los empleados. Regresaron a semanas de cinco días solo tres años después debido a que los residentes se quejaron por no tener acceso a los servicios los viernes.
En una página editorial del 2012 de The New York Times Jason Fried, CEO, de una empresa de software, informó que la semana laboral de cuatro días, de 32 horas, que su compañía estableció de mayo a octubre había derivado en un incremento de la productividad. "Se hace un mejor trabajo en cuatro días que en cinco", escribió.
Esto, para Peggy Drexler, tiene sentido: cuando hay menos tiempo para trabajar, hay menos tiempo para perder. Y cuando se comprime la semana laboral, uno tiende a enfocarse en lo que es más importante (al igual que el sueño, el trabajo de calidad sucede cuando no hay interrupciones).
Fried también indicó que la semana laboral corta facilitaba reclutar a nuevos talentos y a retener miembros valiosos del personal, tanto hombres como mujeres.
Hay una salvedad. Aunque no es probable que afecte a los jefes como Mendelsohn, la semana laboral de cuatro días tiende a funcionar mejor cuando está involucrada toda la oficina. Una razón por la que los empleados pueden sentirse renuentes a adoptar una semana laboral de cuatro días es por el miedo de perderse el acceso al jefe o al flujo de ideas e información.
También existe un simple tema económico en la semana de cuatro días, como se vio en Utah. Cuando las luces están prendidas cuatro días en lugar de cinco y los empleados necesitan transportarse dos veces menos, los costos bajan.
Por todas estas razones, muchos patrones que adoptan la semana laboral reducida nunca regresan.
Tres años más tarde, la rodilla de Gina está curada pero la semana laboral de cuatro días permanece. Su empresa creció en un 20%, según informó CNN México.
¿Fue el cambio de horario? "Estoy segura de que no podemos atribuirle el crecimiento exclusivamente a eso", afirmó Gina. "Pero sí jugó un papel muy importante. Ahora bromeo sobre el hecho de que lastimarme la rodilla fue la mejor decisión laboral que tomé".
 A través de iProfesional.com del 1 de Julio del 2013

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